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Al día siguiente, en las últimas horas de la mañana. En el edificio principal de Mundo Glamour, en el piso de la oficina del Director Ejecutivo.
—Creo que esto será más que suficiente. La confesión en sí parece razonable pero con este video, supongo, las cosas resultarán más positivas y creíbles —dijo Lin Xinyi, apartando la mirada del video que se reproducía en la laptop que tenía delante.
Su Fai, que estaba sentado a su lado, optó por permanecer en silencio ante la situación mientras sus ojos seguían fijos en el video que se reproducía en bucle. Sus ojos no se apartaban de la pantalla como si intentaran buscar algo irreconocible en la grabación.
Li Xue también notó su serio comportamiento pero decidió ignorarlo por el momento y centrarse primero en las palabras de Lin Xinyi. —Estoy contenta de que mis esfuerzos hayan sido de alguna manera útiles para la Hermana Xinyi y el CEO Su. Solo no quería convertirme en una carga para la empresa.
