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Justo cuando Li Xue estaba a punto de dar el último paso para completar su jugada y llegar a Jing Wei Jin, sus pasos se detuvieron al ver al hombre, caminando en su dirección con una sonrisa torcida en sus labios. Seguía siendo el mismo, con la misma personalidad loca y sonrisa malvada. Quería correr hasta él y darle una buena patada en el trasero.
Pero justo cuando pensaba en hacerlo, vio sus brazos extendiéndose con una pistola, apuntando en su dirección. Sus ojos se abrieron de par en par, sin entender sus intenciones, pero cuando escuchó el disparo, comprendió que ese era su final. —¡Maldito bast*rdo! —maldijo con todas sus fuerzas al ver la bala acercándose hacia ella.
Aunque parecía un drama de esos que se emiten en la televisión, podía ver claramente la bala a pesar de su velocidad. Quizás sea eso lo que dicen cuando llega la muerte, ¡que puedes verla venir hacia ti!