—Li Xue sabía que algo malo se avecinaba desde que había molestado sus nervios en los puntos incorrectos —claramente llamando a Feng Shufen su marido cuando él apenas le había dado el mero título que podría cambiar según sus palabras y deseos.
—¿Pero era ella la culpable? No, ni siquiera en su situación más delirante. No hay forma de que estuviera equivocada. Su elección de estar con Shufen fue la mejor elección de su vida. No hay manera en que pudiese dejarlo. Ni siquiera cuando era Jing Wei Jin quien se lo decía.