Wen Sying quería maldecir su destino. Incluso después de haber logrado tanto, seguía estando igual en los ojos de esas personas, como si nada hubiera cambiado... como si no hubiera logrado nada.
Aún recuerda lo avergonzada que solía sentirse respecto a su antiguo yo; cuando la gente siempre la miraba con ojos de simpatía y lástima. Fue entonces cuando decidió jugar el juego utilizando esa simpatía y lástima como sus fortalezas.
La escena de hoy en el restaurante no era nueva para ella, sino algo igual de los años atrás.
Una mujer lamentable estaba en el suelo, completamente a merced de la gente, no se atrevía a igualar u ofender, igual que hace años cuando ella estaba de la misma manera en el suelo. Pensando en esos recuerdos y mirándose en el espejo, pronto volvió a aquellos tiempos.