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Durante toda la cena, Li Xue solo observaba el lado tierno del hombre. Sin duda, este especial lado suave era totalmente desconocido para el mundo. Cada vez que él colocaba verduras en el bol de su hija, ella sentía que él tocaba su corazón.
¿Era posible que algún hombre fuera tan suave y tierno? ¿Qué había hecho ella para merecer a un hombre tan perfecto en su vida?
Viéndolo con su pequeña querida, nadie diría que no era su padre, sino simplemente un extraño con quien se había encontrado accidentalmente, ni siquiera un mes antes.
Li Xue se deslizó hacia la terraza cuando vio al hombre y a su bebé leyendo una historia. Necesitaba tiempo a solas para creer en el cambio repentino que estaba teniendo dentro y alrededor de sí misma.
Después de Zheng Wenting, había perdido toda su fe en el amor y las relaciones. Creó varias murallas a su alrededor, para que los mismos sentimientos nunca la golpearan de nuevo.
