Por el otro lado, Wen Sying salió del baño envuelta en una bata de baño de corte profundo, sus curvas excesivamente reveladas por la forma en que apretaba el lazo en su cintura. Su cabello mojado y los ligeros pero precisos toques de maquillaje la hacían ver más seductora en sus maneras.
Mientras caminaba dentro de la habitación, su mirada se dirigió hacia el hombre que estaba sentado en el sofá cruzando una pierna sobre la otra, con una copa de champán en la mano. —¡Oh, querido! ¿Por qué sigues sentado en el sofá? La cama estaba vacía y bien preparada; deberías haber descansado un poco —dijo la mujer, caminando para tomar su lugar junto a él en uno de los brazos de descanso del sofá. Zheng Wenting tomó un sorbo tranquilo de su copa y luego levantó la vista hacia ella. Sus ojos mostraban casi ningún interés en su apariencia.
