—¡Bip!
Ran Xueyi colgó la llamada en cuanto oyó la repulsiva voz de su ex-prometido, Yang Baihua.
¿Por qué la llamaba ahora? ¿No le había dicho ya que todo había terminado y que el compromiso ya no existía?
—¿Quién es? —levantó su barbilla Song Yu Han y preguntó preocupado al ver su comportamiento.
—Yang Baihua... —Ran Xueyi no se lo ocultó—. Ya bloqueé su número junto con el de mi familia. Debe haber comprado un teléfono nuevo y usado mi antiguo número para contactarme.
—¡Riiing!
El teléfono se iluminó mientras sonaba.
Ran Xueyi miró su teléfono, contemplando si debía tirarlo y cambiar su móvil. Sin embargo, había demasiados archivos en su teléfono que no quería perder. Y el teléfono se lo había regalado su abuela.
—No lo contestes si no quieres —dijo Song Yu Han mientras agarraba su mano que sostenía el teléfono—. No arruines tu humor solo por un hombre como él.
