—¿Por qué? ¿Te arrepientes de haberte casado con un desgraciado como yo? —dijo Yang Baihua.
Ran Yue soltó una risita sarcástica.
—Es genial que sepas que no eres una buena persona. Pero no fui yo quien lo dijo, fuiste tú quien se llamó así mismo así —hizo una pausa antes de decirle honestamente—. Pero tienes razón. Me arrepiento. Mucho. Ojalá no me hubiera casado contigo.
Si no hubiera sido tan tonta entonces, podría haberse convertido en una gran actriz sin tener que acostarse en la cama de algunos hombres. Fue muy malo que se hubiera enamorado de Yang Baihua. Pensándolo, parecía cómico que ella y su hermana se hubieran enamorado de Yang Baihua.