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Song Yu Han sabía que la preocupación de Guo Yun no provenía del miedo. Más bien se debía al hecho de que su negativa a asistir terminaría revelando sus intenciones.
Había planeado durante tantos años y se había mantenido tan oculto que la gente pensaba que había olvidado por completo su pasado. Pero la verdad era que nunca había olvidado lo que le había sucedido a él y a su madre. Estaba esperando pacientemente hasta tener todos los recursos para arruinarlos uno por uno.
Guo Yun suspiró, pero ya no le pidió que reconsiderara su decisión. Le dio una palmada en el hombro y dijo:
—Aún creo que esto es demasiado rápido. Pero si realmente aceptaras e ir, la primera persona que se decepcionaría sería yo. Afortunadamente, sigues siendo el mismo hombre que conocí ese día.
Song Yu Han curvó los labios en una sonrisa sardónica y respondió:
—¿Qué harías si cambiara? ¿Me matarías mientras duermo?
