—Si solo vas a estar ahí parado como un muro, ¿puedes irte ya? No hagas nada estúpido como provocarme ahora, ¡no sabes en qué peligro te estás metiendo! —El asesino de cangrejos intentó asustar al hombre alto que tenía frente a él.
Luego, después de mirar fijamente al hombre alto, se dio cuenta de algo. Los ojos, la nariz, los labios, incluso el color del cabello, ¡el hombre alto y el niño pequeño coincidían en todo menos en el color de sus ojos! ¿Es este… ¿Es este el padre del niño bonito?
El asesino de cangrejos se dio cuenta inmediatamente de que algo estaba mal. Por su apariencia, ¡el niño y el hombre alto y guapo se parecían exactamente! Era como si los dos fueran una copia de carbono el uno del otro, un clon, pero solo diferente en altura y tamaño.
