—Si alguna vez tengo que ir al hospital por mi dolor de cintura... —murmuró Ran Xueyi— te haré compensarme por ello además de los gastos médicos.
—Lo recordaré... —Los labios de Song Yu Han se curvaron y le dio unas palmaditas en la cintura—. No negó que en efecto fue su culpa que ella no pudiera levantarse de la cama esta mañana. Bueno, la mitad de la culpa debería recaer en Ran Xueyi porque ella era demasiado tentadora para que él la ignorara.
De todos modos, con el fin de hacerla sentir bien, Song Yu Han se sentó a su lado y comenzó a masajear y frotar su cintura para ella.
No fue hasta varios minutos después que su teléfono comenzó a sonar y tuvo que detener su acción para mirar la pantalla de su teléfono. La pantalla reveló la identidad de la llamada y resultó ser el número del Asistente Especial Guo.
Sin pensar demasiado al respecto, respondió la llamada directamente.