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Después de un rato, la fila de personas que querían acercarse a entregar sus regalos disminuyó. Solo unos pocos se quedaron a hablar con el Viejo Maestro Song, pero todos seguían sin demorarse mucho por miedo a que el viejo maestro se molestara con su presencia.
Era fácil ver quién quería congraciarse con la familia Song. Aquellos que se adelantaron temprano y con mucho empeño, incluso desesperación, eran los que habían venido a la fiesta con un propósito diferente al de simplemente saludar y celebrar el cumpleaños del Viejo Maestro Song.
Todos tenían sonrisas y gestos aduladores, parecían un vasallo que alababa frenéticamente a sus reyes.
Ran Xueyi también notó que estas personas eran magnates de todo el país, confirmando una vez más que la familia Song era verdaderamente poderosa y formidable.
