—No te preocupes por mí —Kyle palmeó el hombro de Dylan—. A lo sumo, estaré en cama unos días...
—Querrás decir hospitalizado —Dylan resopló.
Kyle se rió ligeramente. De hecho, sería hospitalizado, ya que su padre estaría muy feliz de golpearlo.
Pero pensándolo bien, Kyle creía que su propia habilidad no era mucho peor que la de su padre. Incluso si tuviera que enfrentarse de frente a la paliza de su padre, sería capaz de protegerse y no acabaría tan mal.
Aunque, podría terminar sin ninguna intención de contraatacar.
Poder quedarse con Kate se había convertido en algo que Kyle deseaba. Su interacción hasta ahora no era como la de las personas normales uno con el otro. Pero se dio cuenta de la afecto y al mismo tiempo el posesividad que tenía cuando vio al pequeño gato.
—No voy a dejarla ir.
Dylan asintió.