O al menos, así era como se suponía que pasara la noche.
Cuando llegó el momento de que Dylan se encargara de la vigilancia nocturna, parecía presagiar que alguien se acercaba. Y pronto, se empezaron a oír golpes.
Kate se despertó confundida.
Por otro lado, Kyle ya había salido del coche mientras que Jake saltó de la tienda con una pistola en la mano.
—¿Quién es? —preguntó Jake frunciendo el ceño.
—Intruso —dijo Dylan pateándolos calmadamente hacia la ubicación de su fogata. Sin embargo, su patada no fue suficiente para hacerlos caer en el fuego.
—¿Hay gente aquí afuera? —se asombró Jake.
Pensó que ya eran bastante valientes por haber salido de ahí y probar suerte. Pero parecía que también había otras personas que pensaban igual que ellos y querían probar suerte.
El primer hombre rugió y luego fuego apareció sobre él.
Kyle avanzó rápidamente y lo golpeó hacia la superficie. Había un tenue humo saliendo de su palma.