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—¿Hay algo extraño cuando estás en el aula? —preguntó Jake al ver la escena de los estudiantes saliendo del aula mientras Kyle todavía estaba detrás de su mesa, recogiendo todo allí.
No pasó mucho tiempo para que vieran que una estudiante había regresado, ella habló con Kyle, pero debido al ángulo, no era posible saber qué estaba diciendo.
Kyle todavía recordaba esa conversación, sin embargo.
Él preguntó:
—¿Algo?
—Dejé atrás mi estuche para lápices, discúlpeme, profesor —la estudiante se inclinó y apartó la mirada—. Quería moverse pero el gatito cerca de sus piernas no quería moverse en absoluto y seguía acariciando su pantorrilla.
Un gatito.
Kyle echó un vistazo a Kate, quien estaba mirando la computadora con sus grandes ojos mientras él también la miraba de nuevo.
La estudiante se agachó y cargó al gatito.
—Gatito, tu hermana mayor quiere irse, ¿está bien?
Fue justo en ese momento cuando hubo un trueno y las dos personas dentro de ese aula se desmayaron, incluido él. Kyle recordaba que se sintió muy mareado, como si todo el mundo pesara sobre él.
Incluso con su entrenamiento, no pudo resistirse a dormirse en ese mismo momento.
—¡Vaya, así que te desmayas en el aula! —Jake estaba asombrado—. Me caí en mi gimnasio y honestamente, cuando me desperté, casi me rompo la mano porque esa barra ha estado en mi palma todo el tiempo.
Kyle rodó los ojos.
—Te lo mereces.
—¡Eh! No sabía que sería hoy, ¿vale? ¿Y tú, Dylan? ¿Qué estabas haciendo cuando de repente te desmayaste?
—Durmiendo una siesta.
Jake:
—…
¡El mundo no es justo!
Dylan y probablemente una pequeña porción de otras personas en el mundo tuvieron mucha suerte de que estaban durmiendo cuando el trueno cayó y los hizo quedarse dormidos en ese mismo momento exacto.
Los tres miraron la pantalla frente a ellos.
No hubo cambios durante las siguientes horas mientras Dylan aceleraba el video. No querían ver lo mismo durante todo un día.
Pronto, llegó la noche y la falta de luz dificultaba ver lo que sucedía dentro del aula.
—Todos dormimos alrededor de 24 horas —Jake suspiró—. Tengo suerte de que la barra estuviera en mi palma y no en mi pecho o nunca me hubiera despertado de nuevo.
—Es difícil ver el aula —Kyle frunció el ceño.
Y después de pasar la medianoche, hubo otro trueno en el exterior que iluminó el aula.
En ese momento, pudieron ver que todavía había dos personas dentro.
Pero después de que el trueno desapareció, Kyle notó que la sombra se veía algo diferente.
—Dylan, corta la imagen y compárala con la de antes de la medianoche.
Dylan tocó algunas teclas y mostró la comparación.
Cuando vieron el resultado, se asombraron. La sombra que pertenecía a la estudiante desapareció junto con la desaparición de ese rayo.
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