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El grupo de tres (cuatro con la gatita) salió. Planeaban dar 10 de los cristales y descubrieron que algunos de los otros grupos ni siquiera tenían suficientes cristales para pagar su entrada.
Los intercambiaron por dinero, un total de un millón por cristal.
—Vamos a usar dinero —Jake sacó su tarjeta y se la entregó al soldado frente a él. El cristal aún era bastante raro y todos ellos eran ricos de segunda generación. Varios millones no eran nada para ellos.
—Yo pagaré la próxima —Dylan frunció el ceño.
—No te preocupes. No es como si no hubiéramos hecho esto unas cuantas veces en el pasado —Jake se encogió de hombros.
Kyle hizo un gesto con la mano y los tres se dirigieron a su coche. Se quitaron su equipo apestoso y lo tiraron todo en la parte trasera del coche. Ninguno de ellos estaría dispuesto a volver a usarlos.
Al menos, antes de que fueran limpiados a fondo.
Al entrar al coche, Kate se dio cuenta de que Jake parecía tener un nuevo pasatiempo además de hablar con Kyle.
—Gatita, ¿sabes cuántos años tienes? —Jake preguntó mientras estiraba su mano hacia Kate.
Kate, que estaba acostada cómodamente en el asiento, entrecerró los ojos. Porque acababan de salir de ese canal de agua, ese olor particularmente asombroso aún permanecía alrededor de su cuerpo.
Su nariz era extremadamente sensible.
Kate maulló y esquivó la mano de Jake.
—¡Maullido!
Jake miró a Kate y pareció poder ver su mirada de disgusto. Sintió que su corazón estaba atravesado.
—¡Maldición! Kyle, ¡tu gatita está asqueada de mí! —Jake exclamó.
Kyle arqueó las cejas.
—No me sorprende —dijo.
Jake:
...
—¿Estás de mi lado o del lado de tu gatita, eh? —preguntó Jake.
—Gatita —respondió Kyle.
—¿Nuestra amistad de décadas no vale nada? —Jake se enfureció pero no continuó con esta conversación. Miró su mano y se preguntó cuán malo era el olor que la gatita lo evitaba inmediatamente.
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Frunció el ceño —¿Por qué no puedo oler nada?
Kate miró a Jake como si estuviera mirando a un idiota.
¿Compró su título?
Porque su nariz se había acostumbrado al olor, naturalmente no pensaba que él olía mal. Pero para Kate que se escondió completamente dentro de la chaqueta de Kyle y rara vez salió, era algo diferente.
Además, ahora es un animal.
Sus sentidos eran increíblemente sensibles, así que Kate todavía podía sentir ese asombroso olor.
—Absorbe el cristal cuando tengas tiempo —Kyle estaba conduciendo pero podía ver que Jake y Dylan no estaban haciendo nada. Jake intentaba fastidiar a Kate, pero la gatita lo había estado esquivando una y otra vez.
—¡Oh, tienes razón! —Jake sonrió y sacó los pocos cristales de su bolsillo.
Dylan hizo lo mismo.
Kate observó y luego miró a Kyle. Los cristales que le convenían a ella estaban todos guardados por Kyle porque desaparecían tan pronto como los tocaba. Kyle sacó los pocos cristales transparentes y los colocó al lado de Kate.
—Tú también, Gatita.
—Miau~
Kate tocó felizmente los cristales frente a ella mientras se derretían completamente en su cuerpo. Sus ojos azules observaban todo lo que ocurría con gran interés. Y pronto, había absorbido la mitad de los cristales.
Esta vez, Kate se sintió algo llena.
—¿Miau?
Kate levantó su pequeña pata y la miró con curiosidad. Esta era la primera vez que se sentía llena después de absorber estos cristales.
¿Quizás era porque antes no había muchos cristales?
Kate no lo sabía.
Al mirar los pocos cristales frente a ella, Kate ya no se molestó en tocarlos y se acurrucó. Su pequeño cuerpo todavía requería más sueño.
Al lado de ella, Kyle observaba mientras Kate dormía. La comisura de sus labios se curvó para formar una leve sonrisa.