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Se sintió un poco culpable al pensar en cómo realmente no pudo adaptarse a esta situación. La habilidad de adaptación de los humanos era fuerte y Kate sabía que tendría que adaptarse a este mundo cruel e implacable tarde o temprano.
Pero de vez en cuando, aún añoraba el mundo pacífico. La paz a la que había estado tan acostumbrada en el pasado.
Incluso si la vida nunca volvería a ser la misma, no quería perder esa calidez.
Es por esto que prefería quedarse dentro de la ciudad con sus padres en vez de salir con Kyle y luchar contra esos animales mutados gigantes.
—Kate aceptó rápidamente.
—Eso es bueno —Kyle sonrió.
Los dos entraron en las escaleras y bajaron al tercer piso subterráneo. Los demás ya habían regresado y actualmente se turnaban para entrenar en la sala de entrenamiento. Jake ya tenía su propia habitación al lado de la de Lotte desde que su habitación fue tomada como sala de entrenamiento.
