Ya estaba al borde del colapso, así que lo único que podía hacer era asegurarse de que ambos no se arrepintieran más adelante. Tener sus vidas atadas la una a la otra no sería fácil y Kate no quería que Kyle se arrepintiera tampoco.
¿En cuanto a ella?
No lo sabía.
Solo tenía que seguir viviendo con ello.
Aunque a Lucy le costara dejar ir a Kate, suspiró profundamente cuando vio a la niña pequeña regresar al lado de Kyle y volver a su forma de gato. Después de volver a su forma de gato, Kate saltó hacia Kyle y se acostó en su regazo mientras Kyle le acariciaba suavemente el pelaje.
Su mirada cuando miraba a Kate era muy tierna, tan tierna que a Lucy le costaba creer.
Aunque Lucy sabía que no era imposible que Kyle no tuviera ningún otro pensamiento cuando le pidió a Kate firmar el contrato de sangre con él, todavía lo miraba con sospecha.
Después de todo, ella creía que Kate es la mejor.
—Te deseo todo lo mejor, Kate.—Lucy suspiró.