El veterano cantante masculino se estrelló contra otra mesa. Los sonidos de fuertes golpes y copas rompiéndose detuvieron la fiesta y captaron la atención de todos. Suspiros audibles y gritos puntearon el aire que de repente se tensó.
—¡T-tú! ¿Cómo te atreves, Jin Chonglin? —rugió el cantante caído—. ¿Te a-a-atreves—hip— a golpearme?!!
—Señor, usted es un gran cantante y lo admiraba antes de esto. Pero todo mi respeto por usted se ha ido ahora. Usted es un pervertido asqueroso —le dijo Jin Chonglin.
El cantante veterano luchó por levantarse de entre los escombros rotos en el suelo. —¿Qué has dicho?! Jin Chonglin, ¡te has vuelto demasiado engreído! Solo p-porque—hip—has ganado tantos premios esta noche. ¡Así que tú crees que eres—hip—un gran tipo ahora, eh?! ¡Te faltan cien años para actuar así delante de mí!
Jin Chonglin ignoró al hombre, se dio la vuelta y se dirigió al grupo de Iris. —Junior Iris, vámonos.
Iris miró a las cuatro damas elegantes.