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La mañana siguiente, las actividades ilegales del publicista de tabloides aparecieron en las noticias. Procedían de un reportaje en línea lanzado por una fuente anónima. Muchos de los internautas especulaban que quizás fue el hacker KeymonSTER quien lo hizo, pero los hackers veteranos no estaban de acuerdo.
El estilo exhaustivo, organizado y detallado era muy similar a cómo Drakon solía publicar reportajes, pero la impresión que les provocaba se sentía ligeramente diferente. No era lo suficientemente destructivo. Los hackers concluyeron que no podía ser Drakon.
Este hacker fue demasiado cauteloso al tachar los nombres. A Drakon usualmente no le importaba cuántas personas se veían afectadas por sus reportajes. Además, pensaron que para una estrella ascendente de la piratería informática como Drakon, nunca haría algo de forma anónima. Reclamar la responsabilidad de cada hazaña de hacking era imprescindible para aumentar la reputación y el prestigio de uno.