En el piso debajo del entresuelo, cientos de velas encendidas deletreaban las palabras —¿Te casarás conmigo?— rodeadas por una formación en forma de corazón de más velas.
La vista dejó atónita a Iris. Ella sabía lo que las palabras significaban, pero no parecían tener sentido en su cabeza.
Cuando Jin Liwei se arrodilló sobre una rodilla, eso la confundió y la sorprendió tanto que olvidó cómo pensar.
—¿Qué genio? Frente al amor, todos se vuelven estúpidos.
—Te amo más que a nada en este mundo entero, Long Xiulan —comenzó a hablar. Su voz temblaba, llena de emoción—. Nunca imaginé que llegaría a sentirme así ni amar tanto a otra persona en mi vida. Prometo amarte, cuidarte y valorarte. Te apoyaré en todo lo que quieras hacer y estaré ahí para ti cuando me necesites. Te amo muchísimo.
Él sacó algo de su bolsillo y se lo mostró a ella. Era una pequeña caja de terciopelo rojo. La abrió y un anillo de diamantes brilló en su interior.
—Nena, ¿te casarás conmigo?