A pesar de que era un día laboral y no estaba tan concurrido como un fin de semana, encontrar estacionamiento aún era un desafío. Jin Liwei tuvo que dar varias vueltas por el área antes de que pudieran encontrar un lugar en la calle.
Iris estaba tan emocionada que casi saltó del coche en cuanto se estacionaron. Afortunadamente, Jin Liwei fue más rápido y logró detenerla.
—Cariño, espera. Ponte tu máscara y tus gafas de sol primero.
—Oh, cierto. Gracias.
Caminaron juntos hacia el bullicioso mercado de comida callejera.
Coloridos y vibrantes puestos de comida se apretujaban vendiendo diversos productos alimenticios. Los vendedores frecuentemente gritaban, tratando de atraer clientes a sus puestos. Humo estaba por todas partes y diferentes olores se mezclaban en el aire.