—Jin Liwei resopló con desdén ante todos los detractores de su niña pequeña. Sabía perfectamente qué tan increíble, talentosa e inteligente era ella. ¡Una genio! Sin embargo, esos tontos ciegos seguían ladrando y esparciendo mentiras sobre su niña pequeña, sin mencionar que menospreciaban sus logros como si tuvieran la habilidad de hacer fácilmente las mismas cosas.
—Iris suspiró y acarició su mejilla, tratando de calmar su enojo. Ella no prestaba mucha atención a los detractores, la mayoría del tiempo los trataba como un pedo—desagradable pero que pasaría y se iría después de algún tiempo.
—Lo mismo no se podía decir de Jin Liwei, sin embargo. Según Ketchup, hubo varias ocasiones en las que intimidó a algunas personas, dándoles a probar su poder e influencia dominantes, porque decían algo malo sobre ella. Casi todos eran miembros de la alta sociedad. No le había dicho nada acerca de esos incidentes.