En la otra camioneta ejecutiva, el equipo de Jin Chonglin también se enteró del éxito rotundo de la canción en las listas de música de Singapur y las Filipinas.
—¡Felicidades!
—Gracias —respondió Jin Chonglin, complacido antes de pensar en algo más—. Mi próxima canción con Xiulan, la que escribí, superará a 'Ojos Brillantes' en las listas musicales aquí y en esos otros países asiáticos.
Fue una declaración de pura convicción.
—¡Sí, definitivamente! —coincidieron sus asistentes.
—¿Por qué no dices nada? —preguntó Jin Chonglin después de notar que su mánager no decía nada—. ¿No crees que la canción de este príncipe superará a 'Ojos Brillantes' de Xiulan?
—Claro que creo en ti —respondió Lin Dong.
Jin Chonglin levantó una ceja. —¿Pero?
—No hay pero, hombre. ¡Dame un respiro!
—¡Vamos! Eres mi mánager pero también somos amigos. Hemos sido amigos durante años. Puedes decirme lo que te preocupa.
