Jin Liwei no respondió o siquiera miró a Rose Young. No tenía interés ni tiempo para la mujer, aunque él también se preguntaba qué estaba sucediendo. Entonces su teléfono comenzó a vibrar encima de la mesa. Al principio lo ignoró pero no dejaba de vibrar, así que estiró la mano y lo agarró. Un mal presentimiento lo invadió al ver quién llamaba. Tocó el teléfono y lo colocó en su oído.
—¡Emergencia! ¡Emergencia! ¡Mamá está en peligro! ¡Una bomba explotó en el centro comercial! ¡Un fan intentó hacerle daño a Mamá y a todos los presentes en el área! ¡Mamá está viva pero está en peligro de ser aplastada por la estampida repentina! ¡Repito! ¡Esto es una emergencia! ¡Miau!
Jin Liwei sintió como si su corazón se detuviera después de escuchar las palabras gruñidas de Ketchup. Inmediatamente se levantó de debajo de la mesa.
—Hay una emergencia. Tengo que irme. Dejaré todo aquí a tu cargo —instruyó al Director de Operaciones—. Xu Tian, vamos. Rápido.
