—¡Mierda! —Zhu Ning chilló y lanzó un montón de periódicos y revistas desgarrados hacia la TV—. ¡Iris Long! ¡Iris Long! Siempre escucho a esa pequeña puta de Iris Long, su maldita compañía Orchidia Shitty, y a su gran puta de madre Wei Lan por todas partes! ¡Estoy tan jodidamente cansada de oír sobre ellas! ¡Mierda!
—Long Jian apretó los labios en una línea delgada, tratando de ocultar su disgusto por las palabras vulgares de su madre. En lugar de responderle, caminó hacia el televisor, agarró el control remoto y lo apagó.
—¡Oye! ¡Estaba viendo! —se quejó Zhu Ning.
—Intenta no mirar ni leer las noticias más, Madre. Solo te vas a alterar con lo que oigas. Recuerda lo que dijo el doctor cuando te hospitalizaron. No deberías estresarte demasiado, —le dijo.
—¡Hmph!