—¡Así que sí quieres comprar toda la empresa! ¿Eh?
Iris fue tomada por sorpresa por el completo sinsentido de Long Hui. Sus emociones provocadas se calmaron, reemplazadas en cambio por un frío desprecio.
—No sirve de nada tratar de razonar con un idiota como tú. No estás escuchando lo que estoy diciendo. Vámonos, Liwei. Dejemos a este tonto estúpido que se enfríe la cabeza. Quizás le vuelvan a crecer las células cerebrales que se ahogaron y murieron por su estupidez esta noche —dijo Iris.
Se puso de pie y tomó la mano de Jin Liwei, jalándolo camino hacia la salida de la cocina. Sin embargo, Long Hui no les permitiría irse así como así.
—¿Huyendo, hermanita? ¿Todavía pretendiendo ser una buena persona? —la provocó él—. ¡Admite que quieres Industrias Long para ti!