Los dos se ducharon juntos y se vistieron con sus pijamas. Antes de irse a la cama, Jin Liwei trató los labios mordidos de Iris primero. Aunque el sangrado ya había parado, la vista de su herida le hacía querer golpearse a sí mismo.
—Estoy bien. No duele —le aseguró ella después de ver su expresión de dolor.
—No mientas. Sé que duele.
—Bueno, está bien. Tal vez un poco —Luego señaló con un dedo sus labios—. ¿Por qué no los besas así ya no dolerán más?
Él se rió y de inmediato la besó suavemente, teniendo cuidado de no lastimar la herida.
Ella aprendió este truco de Pequeño Jun y Jiang Ying Yue
Pequeño Jun lloraría cada vez que se lastimaba. —¡Junjun pupa! ¡Besa pupa, Mami!
Y Jiang Ying Yue siempre lo besaba mientras decía, —¡Dolor dolor, vete ya!
Iris no entendía cómo un beso podría hacer desaparecer el dolor.
—Eso es tan tonto, Ying Yue —le dijo a su amiga, directa como siempre.