Cuando Iris se desmayó, Dom y Meimei entraron en pánico, alarmando a toda la casa. Pensaron que había entrado en coma nuevamente. Todos estaban frenéticos. Estaban a punto de llamar a una ambulancia cuando Lu Zihao salió del ascensor.
Inmediatamente corrió hacia ellos y recogió a Iris en sus brazos. Para sorpresa y alivio de todos, logró despertarla. Él le hablaba a Iris en ruso, lo cual no podían entender.
Iris parecía aturdida al principio. Luego comenzó a temblar. Su rostro se contorsionó súbitamente en una expresión salvaje y un fuerte silbido escapó de sus labios. —¡Fan Luo!
—¡Hermanita, controla tu cuerpo! —Lu Zihao la regañó.
—¡Voy a matarte, perra! —ella gritó con todas sus fuerzas.
Su voz estaba llena de tal amenaza que todos, excepto Lu Zihao, sintieron escalofríos en la columna. Yi Mei, el cocinero y algunas de las criadas más viejas temblaron al ver a su Señorita Joven enfurecida. De repente, se les recordó a la Señorita Joven antes del accidente automovilístico.