—¡Padrino–! —Martin usó su cuerpo para bloquear el cuerpo del Padrino de la cabeza a los pies, sin dejar lugar para un ataque repentino.
Y justo en ese momento, la bala del francotirador golpeó la parte posterior de la cabeza de Martin.
Ocurrió muy rápido. Solo un milisegundo, no, quizás incluso más rápido que eso.
La bala estaba a solo un pelo de distancia de la frente del Padrino... sin embargo, Martin recibió el disparo destinado al espíritu.
—Splash —la bala dorada transparente salpicó la cabeza de Martin y se dispersó en puntos dorados que nadie podía ver.
Nadie excepto los exorcistas y los espíritus atónitos alrededor del campo de batalla.
Los chamanes seguían atacando a Ainsley. Sin embargo, la bebé se quedó congelada en el lugar.
Su 'armadura de suerte' era la única razón por la que no estaba lastimada... y sus subordinados que se esforzaban por protegerla.