Los viejos se sentían reacios a matar al Espíritu del Padrino, y el joven lo podía sentir.
Después del largo silencio, al joven no le quedó más remedio que juntar sus manos.
—Oye, oye, no seas tan sombrío. Nunca dije que deberíamos dejar que esas personas mataran al Padrino. Solo herirlo es suficiente. Todo es para prevenir que el Padrino posea a su chamán.
—Bueno, sí, eso está bien. Pero el gobierno querrá matar al espíritu del Padrino sin importar qué. Si fallamos en herirlo y lo matamos en su lugar...
Los viejos dudaron un momento antes de suspirar.
—¿Estás seguro de que podemos detener a esos usuarios de habilidades antes de que maten al Padrino?
Ante las palabras de los viejos, el joven solo se rió. De alguna manera, su risa esta vez sonó un poco más fría que antes, y se podía escuchar el tono de burla en su voz.