—No hace falta decir que los miembros de la mafia estaban tan preocupados por el bienestar de Ainsley que se devanaban los sesos para entretener al bebé.
La gente de la mansión trabajó en conjunto para hacer que Ainsley disfrutara de su estancia de una semana en la mansión sin ir a ningún lado.
Y Ainsley obedeció sus deseos. Vio anime, leyó su manga favorito, se la pasó holgazaneando todo el día…
Pero al final, su mente divagó hacia el Padrino, que en este momento estaba en una reunión.
—Mmmm... —Ainsley rodó en su cama mientras jugaba con el pelaje de Cellino—. Ahora mismo, el Padrino debería haberse encontrado con Geraldine...
¿Hablarían amigablemente? ¿La reunión va bien? ¿Algún problema? Quizás alguien intentó hacerle daño al Padrino o algo así...
Es imposible, ¿verdad?
Mientras Ainsley se preocupaba enormemente por el Padrino, al mismo tiempo, el joven espíritu estaba sentado en el sofá pretendiendo ser un ser humano normal, incluso cuando su cuerpo era el de un fantasma.