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Ainsley finalmente se dio cuenta de que esa gente quería engañarla. No querían que nadie les hiciera contraofertas y así, obtener la poción a un precio bajo.
También estarían ofreciendo un artículo extremadamente humillante...
—¡Maldita sea! ¿Hay alguna manera de resolver esto? Quizá encontrar a alguien que se atreva a hacerles contraofertas... —Ainsley se mordió el labio mientras observaba desde detrás del escenario. No había puesto a ninguna de sus personas entre los invitados para hacer una oferta. Ya es demasiado tarde para hacerlo...
—¿Debería intervenir? ¿O tal vez llamar a esos grandes peces de los gremios? ¿Abuela Rie? —Ainsley estaba a punto de llamar a la Abuela Rie, la Maestra del Gremio Chamán, cuando Sherleen, la elfa, de repente levantó la mano sosteniendo su número de subasta.
La cara de la elfa brillaba mientras abría la boca
