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—¿Qué te pasa, pequeña? —preguntó el joven inclinando su cabeza, luciendo un tanto preocupado.
—Ah, no... nada —La bebé sacudió rápidamente su cabeza y en el siguiente momento, se sumergió en sus pensamientos.
Sabía que no había forma de que pudiera tocar al Padrino en la vida real si el Padrino no se materializaba… así que esto debía ser una ilusión.
Esta conversación… es falsa.
Pero aún así.
Esta ilusión... trajo calidez a su frío corazón.
Lágrimas empezaron a correr lentamente por la cara de la bebé mientras miraba el rostro guapo del Padrino.
—Hm. Tío, Ain... ¡Ain regresará lo antes posible! —La bebé apretó sus puños mientras miraba fijamente a los ojos dorados del Padrino.
—Tío, solo siéntate y mira. ¡Ain castigará a los malos!
La bebé reforzó su determinación. Anteriormente, todavía se culpaba por lo que les había pasado a su gente, pero ahora, estaba ardiendo de rabia... ¡por venganza!
—¡Ain va a patear algunos traseros! —añadió la bebé.