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Jake claramente estaba en aprietos. No quería mostrar su tarjeta maestra que expondría su identidad, pero tampoco quería dejar que este mocoso se le subiera encima.
El joven miró a Blair y entrecerró los ojos.
—¿Debo enviar un mensaje a mis hombres para echarla? Pero sin razones creíbles, no creo que pueda hacer eso…
Jake estaba contemplando si abusar de su poder como dueño del casino, mientras Blair veía esta señal de que el hombre se sentía culpable.
La joven cruzó los brazos y miró a Jake con ojos provocadores.
—¡Sé que tío no puede sacar la tarjeta porque esa habitación no te pertenece! Hmp. Esto es un crimen. Llamaré al gerente para que vea este asunto —dijo Blair con firmeza.
Blair luego miró a Lael, su segundo hermano mayor, y el joven captó su señal.
