Ya era casi de noche, y sin embargo no había mucho progreso con nada.
Harvey se encontraba fuera de la cámara de la Princesa Ámbar sin hacer ningún esfuerzo por entrar.
La había ofendido, y sabía que le costaría mucho que ella lo perdonara.
Odiaba admitir que no había nada que pudiera haber hecho en ese momento cuando sus ojos se encontraron. Ámbar no era Alicia. Aunque Ámbar podía ser muy impulsiva a veces, nunca había hecho algo tan impulsivo como matar a alguien. Cuando primero se enteró de lo que sucedió en la asamblea, sospechó que no era Alicia en acción. Tampoco pensó que fuera Ámbar.
Después de ver cómo casi apuñalaba a Harold, supo de hecho que no era Alicia porque ella nunca haría eso. Y cuando ella lo miró, confirmó que era Ámbar incluso antes de que ella preguntara por qué él estaba allí.