—¿A dónde exactamente deseas partir? —le preguntó Harold. ¿Era posible que ella quisiera volver al mismo reino donde su familia la trataba mal? ¿Debería mencionarle cuán inestable está actualmente el reino ya que el Reino de la Luna no tenía su respaldo? ¿Quizás entonces, ella dejaría de pensar en regresar?
Después de su boda, se reunió con los padres de la Princesa Ámbar para hacerles saber que iban a ser castigados por engañar al Reino de la Luna. Sin embargo, porque él se casó allí, eligió ignorarlo y les permitió firmar un contrato acordando que el Reino de la Luna no los apoyaría de ninguna manera, independientemente de la alianza matrimonial. Al no tener otra opción, lo firmaron. O hacían eso, o el Príncipe Harold se desataría sobre ellos. Le temían aún más que a su padre.