La familia Guang no respondió a la carta de la familia Huang por la ira y la humillación de tantos años atrás.
No había tiempo para seguir los protocolos esperando que aprobaran su visita, así que, la familia Huang se embarcó en un viaje para visitar su hogar.
Al llegar a sus puertas, su equipo de seguridad les negó la entrada.
—Señor Guang, lo sentimos, pero nuestro Maestro dijo que no se les permite entrar a esta propiedad —uno de los guardias dijo en tono de disculpa.
El anciano señor Huang no se conmovió porque sabía que la animosidad entre ellos llegaría a esto.
—Póngase en contacto con él, tengo un asunto importante que requiere su atención —dijo el anciano señor Huang a ellos.
Los guardias aceptaron su solicitud y uno de ellos hizo una llamada a través del intercomunicador, antes de pasar su mensaje.
El señor Guang era muy mezquino. Posteriormente permitió que la familia Huang entrara después de hacerles esperar en las puertas durante más de 30 minutos.
