Jia Li continuó sollozando en los brazos de Fu Hua.
—¿Cómo se supone que viva con esta verdad? Siempre he tenido un padre, pero ahora, ¿tengo dos? El que me concibió y el que me crió. Hua, no puedo aceptar esto —dijo Jia Li con su rostro enterrado en su pecho.
Fu Hua le acarició la espalda y dijo con un tono suave —No tienes que aceptar esta situación, y nadie te está pidiendo que lo hagas. El señor Qin siempre será tu padre.
Jia Li olfateó y abrazó fuertemente a Fu Hua. Ella nunca habría creído que habría un misterio detrás de su nacimiento. Siempre ha sido amada por su padre y su madre, y el amor que le brindaron, la ha mantenido incluso después de su dolorosa muerte.
La perfecta y amorosa familia de tres ha sido destrozada, y de alguna manera, ella deseaba que su tía hubiera muerto con ese secreto, en vez de optar por revelarlo ahora.