Fu Hua ayudó a Jia Li a cambiarse a su camisón ya que él ya la había ayudado a bañarse después de su enredo en el hotel. Después de ayudarla con su camisón, la arropó, le dio un beso suave en los labios y besó la frente de su hija dormida antes de irse.
—Hermano, buenas noches —dijo felizmente FangSu mientras le hacía señas a Fu Hua cuando él subía a su auto. FangSu estaba orgullosa de su hermano mayor por molestar a su madre en gran medida.
Bueno, no es que no haya sido así desde la infancia.
Cuando Fu Hua se fue, Fu Hee fue a revisar a Jia Li por su cuenta y después de estar segura de que estaba bien, se fue.
Ordenó a la cocina que preparara una sopa para la resaca para Jia Li a primera hora de la mañana, para que no tuviera una mala mañana.
La rabia de Fu Hee se debía a que las marcas que Fu Hua dejó en el cuerpo de Jia Li podrían tardar en desaparecer y tienen una boda en pocos días. Estaba preocupada de que no hubiera suficiente tiempo para que las marcas se desvanecieran.