Mu Keer todavía hablaba con su hija cuando todos oyeron los golpes en la puerta. Pensando que sus acreedores habían percibido que acababa de obtener dinero, Mu Keer tenía miedo de compartir el dinero que acababa de conseguir con ellos, así que le dio el fajo de dinero a su hijo y le pidió que huyera con él.
—Sal por la ventana y vuelve cinco minutos después —Mu Keer le dijo en tono severo.
Después de asegurarse de que su hijo había salido, fue a abrir la puerta solo para encontrar a la hermana de Huang Li de pie allí con una ligera sonrisa en su rostro.
Mu Keer sintió un gran alivio al ver que no había venido un acreedor, o habrían registrado su casa para llevarse cualquier cosa que valiera un poco de dinero.
—Por favor, anota la dirección del lugar donde fue enterrada mi hermana —la hermana de Huang Li le dijo.