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El hermano de Bai Fen no se sentía cómodo con su hermana quedándose en su casa por quién sabe cuánto tiempo. No le gustaba ni un poco el carácter de su hermana, pero tampoco iba a echarla de su casa cuando ya estaba pasando por mucho.
Pero su decisión no cayó bien a su esposa, que de inmediato llamó su atención. Se quejó y dijo que Bai Fen no podía quedarse con ellos en la misma casa.
—Tampoco estoy de acuerdo con que venga, pero ¿qué debería hacer?, no es como si pudiera echarla a ella y sus cosas a la calle a altas horas de la noche, sigue siendo mi hermana al fin y al cabo —dijo él.
—No me importa lo que hagas, pero tu hermana no puede vivir en la misma casa que nosotros, corromperá a nuestros hijos y arruinará la paz en nuestra familia. Pero si insistes en que se quede aquí incluso después de una semana, dejaré la casa para que ustedes dos hermanos se vinculen y recuerden viejos tiempos —amenazó ella.
