Jia Li estaba sentada en el parque infantil mirando a los niños que venían a jugar con sus padres mientras comía algodón de azúcar.
Tenía una sonrisa pacífica y Fu Hua lo notó. Se sintió aliviado ya que ella no parecía estar nerviosa ya. No la molestó y la dejó mirar a los niños jugar felices.
Cuando Jia Li terminó el algodón de azúcar, pidió más. —¿Puedo tener otro?
—Claro —respondió Fu Hua sin dudarlo—. No vayas a ningún lugar, ya vuelvo —agregó y se fue a comprar otro algodón de azúcar para ella.
Cuando él se fue, Jia Li movió su mirada a su barriga de bebé. La acarició con mucho amor y sus ojos se llenaron de lágrimas. Se tapó la boca y sollozó.
—Jazmín, pronto estarás aquí fuera, mamá y papá ya han preparado todo mientras te esperamos. Esperamos que seas obediente y no me estreses, sal rápido. Te queremos —dijo Jia Li entre lágrimas.