Después de la partida de Damien, el guardia ayudó a Aurora a levantarse de la cama y la guió a su residencia dentro de la mansión, que se encontraba a algunas millas de distancia.
Aurora permitió que el guardia la llevara, dándose cuenta de que su pasado con su compañero había sido mucho peor que su situación actual. Sus pensamientos se dirigieron a Scarlet, preguntándose si Damien también la había encerrado.
—¡Debo encontrar a mi amiga, por favor, solo dame un momento! —imploró, tirando de la muñeca del guardia.
—No —el guardia rechazó, manteniendo un firme agarre en su mano, apresurándose a volver a la mansión. Sabía que era mejor no molestar a Damien cumpliendo su solicitud, considerando que ella no tenía una posición significativa dentro de la manada.