Aurora sabía que era inevitable que él se enterara, y por eso estaba ansiosa por abandonar la manada antes de que las cosas empeoraran. Cuando le había hablado de Lucas hace semanas, sabía que tenían una relación normal y no quería arruinarla. ¿Cómo iba a evitar un problema en este punto?
—No tenía motivo para decírtelo —respondió, disculpándose silenciosamente con él. Aunque aún no eran oficialmente algo, él tenía derecho a saberlo como su compañero.
—¿No tenías motivo? Firmaste un contrato y habrías llevado a mi hijo, ¿no tengo derecho a saber sobre el pasado de la madre de mi hijo? —exigió, con una voz cada vez más dura, una indicación de que había estado reprimiendo la ira.
—Nunca se estipuló en el contrato —se defendió. Sí, el contrato solo decía que tenía que informar sobre sus movimientos, no sobre su pasado. ¿Y por qué iba a sentir el impulso de contarle a un imbécil como él acerca de su pasado?