—¿De verdad? ¿Dónde está él?
—Me pregunto qué va a hacer Liev con Lucas.
—Quién sabe...
Bajo las miradas escrutadoras de sus compañeros de clase, los dedos de Lucas se cerraron alrededor de la cuerda de su mochila de saco. Intentó evitar sus miradas, y al hacerlo, sus ojos de repente se encontraron con la razón de su actual predicamento, el chico afeminado.
Al instante, sus ojos se transformaron en una mirada penetrante. Sin embargo, como si recordara algo, rápidamente retiró su mirada y regresó a su banca sin mirar a nadie, ni siquiera al chico afeminado. Su acción era como la de un león feroz que de repente esconde sus garras y rugidos.
—Mira, ¡Lucas evitó a Liev!
—Antes era al revés, pero esta es la primera vez que veo a Lucas evitar a alguien.
—Tal vez le tiene miedo a Liev, especialmente a su trasfondo.
—Jajaja. Eso es cierto.
