—Ah... —Los ojos de Annalise temblaron como si de repente todo encajara en su lugar. Esas palabras... las palabras de su maestro... Si hubiera reflexionado profundamente sobre ellas, habría comprendido el verdadero significado oculto detrás de ellas.
—Ya veo. —Sus lágrimas se tornaron acuosas de nuevo. Parece que ahora que su vida perfecta había terminado, algunas cosas que había pasado por alto eran en realidad importantes en su vida.
—Así que no planeabas dejarme ir por mucho tiempo, maestro. —Sus dientes superiores mordieron su labio inferior agrietado mientras las lágrimas comenzaban a correr por sus mejillas.
Los años en los que pensó que su maestro la había dejado sola para defenderse por sí misma y pensar en maneras de hacer que Dante se enamorara profundamente de ella, su maestro en realidad la estaba observando a través de su gente. Debió haber estado esperando ese momento en que ella también se enamorara de Dante.