—Había solo una persona que poseía esa voz asquerosa y ese era el tío Waylen, que no entiende la palabra "no".
Inmediatamente, Isla se giró, y eso hizo que la mano de Waylen se apartara de su hombro. Una mueca se dibujó en su rostro, pero a Isla no le importaba. Lo hizo adrede para quitar de forma contundente esa repulsiva mano de su hombro.
—Tío Waylen, lo siento, pero ya he cerrado por hoy. Será mejor que por favor abandones mi tienda —Isla le dio una sonrisa a Waylen, aunque era falsa. Quería que este hombre se fuera rápido, de la misma manera en que entró a su tienda. Era tarde y necesitaba recoger a Damien de la escuela. No creía que este hombre desconociera la hora.
Al ver que el tío Waylen seguía parado en el mismo lugar, Isla quería pasar junto a él y abrir la puerta para acompañarlo a salir de su tienda, pero parecía que él tenía otra intención al bloquearle el camino.
