Melanie caminó hacia la puerta principal, abriéndola. Saludó a sus padres con una sonrisa. —¿Cómo estuvo la reunión? —les preguntó.
—Fue buena —respondió su padre, entrando en la casa. Su madre parecía cansada, siguiendo a su padre desde atrás.
—¿Ya cenaron? Yo todavía no he comido —dijo Melanie, tratando de obtener más información de ellos para asegurarse de que todo estuviera bien.
—Todavía no —respondió su madre.
Melanie mantuvo la línea telefónica abierta solo para que Julie también pudiera escuchar si sus padres mencionaban algo importante que debió haber sucedido en la reunión.
—¿Podrías calentar la comida, Mel? —pidió su madre, y Melanie estuvo más que dispuesta a complacerla. Mientras pasaba por al lado de sus padres, su madre le preguntó de nuevo —¿Vino alguien a la casa en la tarde?
—Nadie —respondió Melanie, y su madre le hizo un gesto de asentimiento. —¿Esperaban a alguien? —Intentó ser casual con sus palabras.