Melanie giró su muñeca, mirando el reloj. Intentó encontrar una manera de poder abrir la cerradura, pero no había forma. Mientras tanto, fue a la habitación de sus padres e intentó ver si encontraba algo más.
Escuchó algo pitar en el armario, y era muy leve. Se preguntó qué sería ese sonido, y cuando abrió la puerta del armario, se le abrió ligeramente la boca. Se percató del monitor de vigilancia y este tenía pequeñas ventanas que mostraban las imágenes de algunas partes de su casa: la puerta principal, la cocina, el patio trasero y luego el sótano.
—Mierda —susurró Melanie—. ¿Cuándo instalaron estas cosas?
Se había quedado frente al sótano, y sus padres lo sabrían una vez que lo revisaran. Tenía que borrarlo antes de que volvieran.